Los efectos biológicos de la luz se pueden entender mejor a partir de la detección de una célula fotorreceptora en el ojo, descubierta en 2002.
Bommel y Van der Beld, afirman que las normas que rigen el diseño de instalaciones de una iluminación buena y saludable son, en cierto modo, diferentes de las reglas convencionales. Demostraron que puede ser beneficioso poder adaptar tanto el nivel como el color de la iluminación. No sólo la luz en la tarea visual, sino también toda luz que entra en el ojo determina la calidad global de la iluminación. En un entorno de trabajo, no sólo las ventajas en términos de salud y bienestar son importantes para los propios trabajadores, sino que también conducen a un mejor desempeño laboral, menos errores, mejor seguridad y menor absentismo.