Según una revisión publicada en Cochrane por los autores KJoyce, R Pabayo, J Critchley y C Bammbra, en el 2010, se identifica el rápido crecimiento de condiciones de flexiblidad laboral en los países desarrollados, pero con poca investigación en el efecto que ello produce en la salud y bienestar de los empleados. El estudio tiene como fin demostrar estos efectos en los empleados y sus familiares.
Se analizaron ensayos randomizados y estudios controlados con no menos de 6 meses de evaluación en los que se analiza la flexibilidad laboral, extrayendo resultados de la salud física, mental y general, medidos con un instrumento validado. También se extrajeron resultados secundarios como: ausencia por enfermedad, uso de servicios de salud, cambios de comportamiento, accidentes, equilibrio entre el trabajo y la vida, calidad de vida, salud y bienestar de los niños, miembros de la familia y compañeros de trabajo.
Los resultados de esta revisión sugieren que las intervenciones de trabajo flexibles que aumentan el control y la elección de los trabajadores (como la auto-programación o la jubilación gradual o parcial) probablemente tengan un efecto positivo en los resultados de salud. En cambio, las intervenciones motivadas o dictadas por intereses organizacionales, como el contrato a plazo fijo y el empleo a tiempo parcial involuntario, encontraron efectos equívocos o negativos para la salud. Dada la base de pruebas parcial y metodológicamente limitada, estos hallazgos deben interpretarse con cautela. Además, existe una clara necesidad de realizar estudios de intervención bien diseñados para delimitar el impacto de las condiciones de trabajo flexibles sobre la salud, el bienestar y las desigualdades en salud.